Nudos de historia;
El corazón se abalanza,
Persigue nuestro aliento
Y carcome nuestras brazas.
Conoces bien lo que la bravata
cuesta en estos días,
Has sabido como compartir el
aire.
No vengo a darte invenciones
Ni a criticar las heridas,
Las heridas que en mí,
Y en mis emociones sembraste.
Críate alas para visitar
otros predios,
Teje candados para aferrarte
a mi infierno.
Siente las voces que en tu
cabeza palpitan.
Haz de tu cuerpo el cajón de
mi entierro,
¿Ves?, será nuestro lo
eterno:
No hay partida sin regreso.
No revelaré cuan perdido
estuve,
Ya lo sabes de sobra,
Ya sufriste destierro.
Sólo te enrostraré tu futuro,
Ese que juntos soñamos,
Abrazados y perplejos,
Pululando por avenidas
De este Santiago ya muerto.
Frente a frente los
sentimientos
Como gallos se enfrentan,
Manosean sus alas,
Picotean sus cuencas.
No soy yo digno de
resolverlos,
Como bien me lo dices,
Serán solo los hechos.
No respires ni toques
El olor del adiós.
Tengo pocas palabras
Cuando muevo estos dedos,
Quizá solo un soneto
Hoy me agita feroz:
“Antes de mi, tú no eras tú,
Y antes de ti, yo no era yo”.
Críate alas para visitar
otros predios,
Teje candados para aferrarte
a mi infierno.
Siente las voces que en tu
cabeza palpitan.
Haz de tu cuerpo el cajón de
mi entierro,
¿Ves?, será nuestro lo
eterno:
No hay partida sin regreso.