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jueves, 11 de agosto de 2011

Sigamos Avanzado por Más Democracia




Hace ya más de tres meses que el rumbo de nuestro país ha cambiado, y notoriamente para mejor, pues a raíz de una dinámica, progresiva y galopante movilización estudiantil nuestro país ha comenzado a despertar de un entorpecedor sueño que nos tenía impávidos en nuestra realidad individual, y amordazados en discursos e ideas conservadoras y des-movilizantes. Es en este devenir que es claro que esta movilización, que comenzó con un carácter sectorial, hoy ha sido lugar de encuentro de diversos actores sociales y de la ciudadanía en su conjunto, pues todos convergemos en la necesidad de una educación pública, gratuita y de calidad para todos los niveles de enseñanza en nuestro país. 

Otra de las banderas de lucha de este movimiento multi-sectorial ha sido establecer  una democracia más holgada y participativa; esta demanda no sólo se ha plantado para la organización triestamental, y por ende estudiantil, de todos los planteles  educacionales, sino que también la necesidad de que esta democracia de exprese en todas las esferas de poder que posee nuestro país, y que involucran temas de importancia plena para todos sus ciudadanos. Vale decir, hoy Chile se ha dado cuenta que nuestra institucionalidad no está dando el ancho, pues decisiones importantes para la ciudadanía - como el caso HidroAysen - han sido despojadas de su soberanía y su poder de determinación, y se han enfrascado en el típico y hermético juego de las élites políticas, cuyo trabajo no es sino la reproducción de los intereses de la clase dominante y el gobernar para mantener el establicment económico, político, social e ideológico. En este sentido es que han emergido de las bases de distintos espacios propuestas y demandas como un Plebiscito nacional y vinculante, y por tanto la reforma constitucional correspondiente para llevarlo a cabo. 

Otra de las demandas que creo es importante atender es la del necesario cambio del Sistema Binominal, pues también cumple el rol de cuestionar la institucionalidad presente y modificar la correlación de fuerzas que existe en el congreso de manera efectiva y representativa, para que en el Congreso queden representados de manera real los distintos sectores políticos que existen.

 También se plantea la demanda de una Nueva Constitución para Chile a través de una Asamblea Constituyente, demanda menester y útil no solo para cuestionar la institucionalidad vigente, sino que además pienso que su utilidad nos lleva al ámbito propositivo y performativo de diseñar una nueva institucionalidad para un país que claramente no es el mismo que aquel que al son de los disparos y la opresión le impusieron una Constitución Política presidencialista, gremialista y neo-fascista, pero que en las últimas décadas se ha disfrazado de democrática y representativa: ¡claramente aquel traje no le queda bien!. Por esto creo que debemos seguir avanzando en la idea de la Constituyente pues nos permite dar un salto, el cual es avanzar, como decíamos, de un cuestionamiento a la institucionalidad que hoy existe, como lo haría el plebiscito, a re-diseñar una nueva institucionalidad con vocación pública, pluralista y por sobre todas las cosas más inclusiva.

Atendiendo las demandas planteadas y la necesidad de todas ellas es que se hace sumamente necesaria la constitución de un Gran Acuerdo Social por Más Democracias, como una mesa amplia que trabaje de la misma forma como se ha planteado el Acuerdo Social por la Educación, como lo han definido los espacios locales. Pienso que una de sus principales labores debiera ser la confección de una nueva carta constitucional que contenga las reformas constitucionales que definamos y, por sobre todo, nuevos principios democráticos que guíen y encaminen el funcionamiento de nuestro país, y nuevo Derechos económicos, sociales y culturales, como así también políticos, y por qué no de tercera generación.

Creo además que en el próximo calendario de movilizaciones, a saber, el 14, el 16 y el 18 convocadas por la CONFECH, y las del 24 y 25 convocadas por la CUT deben tener entre otros este carácter y forjar la necesidad de construir este espacio, pues no solo nos darán mayor flexibilidad y prolongación en nuestra movilización, sino que además urdirán un nuevo horizonte con demandas globales, que no son excluyentes a las primigenias demandas estudiantiles, sino que se enmarcan en esta segunda etapa de la movilización, la cual requiere discutir y promover estos temas, y al mismo tiempo reconstruir y re-articular el tejido social destruido y pauperizado en la dictadura, y así también en la administración Neoliberal de la Concertación.

Finalmente, y en atención a lo señalado y a la realidad misma, es que cobra fuerza y certeza el comprender la contradicción o paradigma del periodo actual de nuestro país, la cual es: Neoliberalismo v/s Democracia.


                                    
                                                                     Juan Pablo Ciudad P.

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